lunes, 28 de enero de 2008

Manuel Cuyàs junior

Uno de los hijos de Cuyàs, Manuel, se pone en contacto con el blog. Bienvenido Manuel estás en tu casa.

Buenos días, Rubén. La alegría de la semana que empieza. Alguien se interesa por la obra de mi padre. Y detrás de este alguien, algunos más. Yo también estoy convencido que fue uno de los grandes historietistas y, en general, dibujante de la segunda mitad del siglo XX en Catalunya. Muchas veces he pensado, y así se lo comenté a él en vida, que una de las causas de ser tan desconocido radicaba en el hecho de haber dibujado historietas para chicas. La historia del cómic en España ha ido hasta ahora a cargo de hombres y los "hombres" en su infancia solo leyeron publicaciones destinadas a ellos. Y si leyeron tebeos para chicas han intentado disimularlo. Hay otros motivos. Mi padre, como dices en algun lugar de tu web, publicó la mayor parte de su obra en el extranjero, principalmente Gran Bretaña, a través de la misma Editorial Bruguera, que actuaba de intermediaria y com la cual tenía un contrato de exclusiva.
El perfil boigráfico que reclamáis es el siguiente.
Su nombre era
Manuel Cuyàs Duran. Nació en Mataró, la ciudad donde residió siempre, en 1922. Murió en 2005 a los 83 años.
Estudió dibujo en una academia de su ciudad pero su formación fue básicamente autodidacta: a base de observar la obra de los grandes dibujantes catalanes anteriores a la Guerra Civil, principalmente
Junceda. (Investigad sobre Junceda: os llevareis una gran sorpresa). La postguerra frustó su ilusión de formar parte de los ilustradores de las grandes revistas que el franquismo clausuró. Se dedicó al retrato del natural --su colección de retratos, género que cultivó has su muerte, es impresionante-- y más tarde a la publicidad, un trabajo que nunca le gustó. Empezó a ver realizadas sus esperanzas cuando hizo algunas ilustraciones para la Editorial Mateu de Barcelona. De aquí pasó a Bruguera hasta su jubilación. Trabajó para las revistas Marisol, Sissí, Lily etc. Su estilo realista, segun los cánones de Bruguera, le hacía ideal para la historieta "femenina". Los editores de historietas ingleses se fijaron en su estilo (y su capacidad de documentación y ambientación, como se comprueba en Cristina y sus amigas o Landers School) y le contrataron.
Bruguera reeditó muchas veces los trabajos de mi padre. Cada vez peor: coloreándolos muy mal (cosa que le disgustaba mucho, su obra simepre fue en blanco y negro, a lápiz y tinta china), recortándolos para adaptarlos a los diferentes formatos de sus revistas y otros desastres.
Siempre en B
ruguera, también ilustró algunos volúmenes de la Colección Historias. Por cierto que Ediciones B está a punto de reeditar "La Isla del Tesoro", una de sus grandes creaciones.
He dicho que su formación autodidacta se basó en la observación de otros ilustradores. Habría que añadir el cine. Para entender la obra de mi padre, su sentido del movimiento interno en cada viñeta y, en conjunto, el de cada página, hay que remontarse al
cine americano de los años 30 y 40, principalmente el de aventuras y también muy principalmente el expresionista. Una película de Douglas Fairbanks, por ejemplo, os dará una pista sobre el sentido del movimiento y alguna de Fritz Lang (heredero de Murnau) sobre el sentido de la composición.
Rubén: un corresponsal tuyo dice que cuando se produjo la muerte de mi padre
me mandó un escrito de pésame que no le respondí. No soy consciente de esta falta de delicadeza y pido disculpas. Otro pide que se traduzcan al castellano los artículos aparecidos en El Punt, diario en el que trabajo. Creo que el perfil que he esbozado ya cumple la función. De todas formas, claro, hay más. Si queréis más información sobre Cuyàs, me pongo a vuestra disposición. En mi casa tengo centenares de dibujos de mi padre para quien interese estudiarlos.
Manuel Cuyàs

Nos envía también una foto de Cuyàs y una anécdota:

Mando una fotografía de mi padre hecha en su estudio el 13 de febrero de 2001. Fíjate en un detalle. El personaje que sale en una de las viñetas que reproduces, aquel desconocido que entra en el internado es, de espaldas, su autorretrato. Mi padre siempre llevaba corbata y, en la calle, sombrero.


No hay comentarios: